jueves, 13 de mayo de 2010

No al Partidocidio: Afiliese a Proyecto Sur


En los próximos dos meses decenas de partidos de distrito y nacionales verán caducar su personería jurídico-política por aplicación de la ley 26.571. El 17 de marzo de 2010, la Cámara de Diputados de la Nación, rechazó con amplia mayoría la promulgación parcial de la ley realizada por la presidente el 11 de diciembre de 2009. El Senado debería actuar en el mismo sentido si quiere evitar la proscripción de fuerzas democráticas. La ley 26.571 impulsada por el oficialismo después de la derrota electoral del 28 de junio de 2009; es la causante de la caducidad de muchos partidos políticos.

En artera contradicción con el artículo 38 de la Constitución Nacional donde establece que “Los partidos políticos son instituciones fundamentales de la democracia”, el gobierno avanza con su cruzada proscriptiva. En los próximos dos meses decenas de partidos de distrito y nacionales verán caducar su personería jurídico-política. Es el mayor ataque a los partidos políticos desde el 10 de diciembre de 1983. El criterio de selección es cuantitativo. Casi fascista. Existirían partidos superiores y partidos inferiores. Unos merecerían existir los otros deben caducar. El elemento de juicio es el número de afiliados. No la calidad de dichos afiliados. De manera que si un partido está envuelto en cien actos de corrupción, es responsable de la entrega del patrimonio nacional y los recursos naturales, mantiene en la pobreza y la indigencia a millones de compatriotas, sus dirigentes se enriquecen a expensas de los bienes comunes; en nada debe preocuparse. Solo debe mantener el número de afiliados. Pobrísimo criterio que intenta amputar las ramas verdes del árbol de la democracia antes que ofrezcan sus mejores frutos.

Sostienen que son muchos los partidos existentes. ¿Qué son muchos? El criterio resulta nefasto cuando se lo quiere imponer autoritariamente. ¿Eran muchos los habitantes originarios de la Patagonia? ¿Eran muchos los negros que fueron al frente en la guerra de la independencia? ¿Eran muchos los que hace 40 años querían cambiar la Argentina? Los partidos pequeños de la democracia no son responsables de la crisis social, económica, cultural y de representación política. Obturar canales de participación solo logrará ampliar el descontento de amplias franjas que ya no participan. En algunas provincias el ausentismo llega al 50%.

La saña contra los partidos llamados menores es porque crecen. Y en determinadas circunstancias les ganan la elección a los llamados grandes. Y entonces viene la reacción conservadora. Aprisionan a sus afiliados para que no cambien de partido, imponen condiciones cada vez más duras para la obtención y el mantenimiento de la personería jurídico-política, alzan barreras con adhesiones para los pre-candidatos y ponen pisos en la elección primaria para impedir la participación en la elección general. Muestran hasta donde están dispuestos a avasallar los más elementales principios democráticos cuando, después de los debates en la cámara diputados donde se le hacen 100 (cien) correcciones al proyecto de Ley enviado por el Poder Ejecutivo y se le agregan los artículos 107 y 108; la presidente los veta restituyendo el carácter proscriptivo atenuado después de las correcciones y negociaciones. Los derechos de cientos de miles de afiliados están siendo conculcados, la participación ciudadana pisoteada, la posibilidad de asociarse con fines útiles desestimada y el derecho a elegir y ser elegido circunscripto a un pequeño número de partidos en ejercicio del poder durante los últimos 26 años.

El 17 de marzo de 2010, la Cámara de Diputados de la Nación, rechazó con amplia mayoría la promulgación parcial de la ley realizada por la presidente el 11 de diciembre de 2009. El Senado debería actuar en el mismo sentido si quiere evitar la proscripción de fuerzas democráticas. La maniobra perversa, pergeñada por un gobierno que se valió de candidaturas testimoniales, listas colectoras, espejo, permanentes cambios en las reglas de juego para su propio beneficio y todo tipo de triquiñuelas para preservar el poder; supera las restricciones impuestas por la ley de partidos políticos heredada de la dictadura militar. Podrán empobrecer temporalmente el mapa político argentino. Podrán retrasar un poco los cambios que exige una porción creciente de nuestro pueblo y en particular la juventud. Lo que no lograrán es detener el proceso histórico que abrirá su cauce de una forma o de otra.


Mario Mazzitelli.

Secretario General PSA en Proyecto Sur

Partido Socialista Auténtico en Proyecto Sur.

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