Pino Solanas - Alcira Argumedo (INfosur)
Los diputados nacionales de Proyector Sur, Fernando Solanas y Alcira Argumedo criticaron que la cumbre del MERCOSUR, se realice en la provincia de San Juan, nave insignia de la minería a cielo abierto con cianuro.
Si el conflicto entre Colombia y Venezuela es un llamado de atención sobre las estrategias de Estados Unidos en alianza con la derecha de Israel -implementadas mediante un cerco de bases militares norteamericanas en América Latina- también amenaza a la Argentina la instalación en el Atlántico Sur de la megabase de Inglaterra y la NATO en las islas Malvinas, que cuenta con tres fragatas misilísticas, un submarino nuclear, una escuadrilla de aviones Tifón y un destacamento con más de 2000 hombres. La anacrónica política colonial británica -rechazada por una mayoría aplastante en las Naciones Unidas- pretende extender su plataforma marítima sobre un radio de 350 millas, llegando hasta la Antártida, mientras sus empresas petroleras se están apropiando con total impunidad de las reservas argentinas en el mar continental. A ello se suma otro tipo de invasión territorial: en función del Tratado de Complementación Minera Chileno-Argentino firmado en 1997 por los presidentes Eduardo Frei y Carlos Menem, las corporaciones mineras -entre otras, la anglo-canadiense Barrick Gold- han sido beneficiadas con la entrega de una franja de territorio que abarca cien kilómetros a cada lado de la frontera con Chile y se extiende a lo largo de los 3000 km de la Cordillera de los Andes. En esta suerte de nación con soberanía territorial, existen aeropuertos, ejércitos privados y bases de comunicación norteamericanas o inglesas, dispuestas a garantizar el control del vértice más austral de América Latina. El gobernador de San Juan, José Luis Gioja, es el socio por excelencia de la Barrick Gold; a ello se debió su presencia en Canadá, integrando la reunión de la presidente Cristina Kirchner con el presidente de la Barrick, Peter Munk, también presidente de la nueva nación cordillerana, cuya bandera acompañaba a la argentina en el mismo nivel de jerarquía durante ese encuentro. Otro participante fue el gobernador riojano Luis Beder Herrera, de extracción radical, que impulsa para su provincia varios proyectos de megaminería a cielo abierto, como el de la Barrick Gold en el Cerro Famatina. Todos ellos pretenden ignorar que, a causa de las gravísimas consecuencias de este tipo de minería, ha sido prohibida por el Parlamento Europeo en sus territorios. Pero en Argentina las corporaciones y los gobiernos que las avalan son absolutamente irresponsables y violan la Ley General de Protección del Ambiente 25.675/02, que en su Art. 22 exige a la explotación minera el respaldo de un seguro de impacto ambiental ante accidentes, peligros de contaminación y la secuela contaminante que produce el cierre de la mina y la llamada lluvia ácida. Las aseguradoras se niegan a brindar tales seguros, ante la magnitud de los impactos y los miles de millones de dólares que deberían pagar; no obstante, la actividad minera continúa expandiéndose. En este escenario, nuestros pueblos enfrentan el doble peligro de agresiones militares de diverso tipo y la instalación de la megaminería y otras industrias contaminantes que las naciones del Norte desplazan hacia el Sur, para proteger la salud de su población. Se está produciendo la devastación de cuantiosos recursos estratégicos no renovables y la contaminación y utilización de agua potable en grandes dimensiones: alrededor de cien millones de litros por día en cada yacimiento. Esto significa una muerte cotidiana a largo plazo; por eso la movilización de las poblaciones afectadas afirma “el agua vale más que el oro”.
La Cumbre de MERCOSUR debe enmarcar el conflicto entre Colombia y Venezuela en el contexto de estas amenazas a la paz, al medio ambiente y al bienestar de los países de América Latina: es necesario condenarlas explícitamente. En tal sentido, la elección de San Juan -nave insignia de la minería a cielo abierto con cianuro y otras sustancias tóxicas- como sede de la reunión de MERCOSUR, resulta desafortunada y preocupante. No anuncia buenas nuevas que la Presidente elija como sede de esta reunión la casa del gobernador José Luis Gioja, ex menemista y principal personero de la Barrick Gold, que ha instalado en los Andes de esa provincia, el mayor complejo minero a cielo abierto del continente: Veladero y Pascua Lama.
Los diputados nacionales de Proyector Sur, Fernando Solanas y Alcira Argumedo criticaron que la cumbre del MERCOSUR, se realice en la provincia de San Juan, nave insignia de la minería a cielo abierto con cianuro.
Si el conflicto entre Colombia y Venezuela es un llamado de atención sobre las estrategias de Estados Unidos en alianza con la derecha de Israel -implementadas mediante un cerco de bases militares norteamericanas en América Latina- también amenaza a la Argentina la instalación en el Atlántico Sur de la megabase de Inglaterra y la NATO en las islas Malvinas, que cuenta con tres fragatas misilísticas, un submarino nuclear, una escuadrilla de aviones Tifón y un destacamento con más de 2000 hombres. La anacrónica política colonial británica -rechazada por una mayoría aplastante en las Naciones Unidas- pretende extender su plataforma marítima sobre un radio de 350 millas, llegando hasta la Antártida, mientras sus empresas petroleras se están apropiando con total impunidad de las reservas argentinas en el mar continental. A ello se suma otro tipo de invasión territorial: en función del Tratado de Complementación Minera Chileno-Argentino firmado en 1997 por los presidentes Eduardo Frei y Carlos Menem, las corporaciones mineras -entre otras, la anglo-canadiense Barrick Gold- han sido beneficiadas con la entrega de una franja de territorio que abarca cien kilómetros a cada lado de la frontera con Chile y se extiende a lo largo de los 3000 km de la Cordillera de los Andes. En esta suerte de nación con soberanía territorial, existen aeropuertos, ejércitos privados y bases de comunicación norteamericanas o inglesas, dispuestas a garantizar el control del vértice más austral de América Latina. El gobernador de San Juan, José Luis Gioja, es el socio por excelencia de la Barrick Gold; a ello se debió su presencia en Canadá, integrando la reunión de la presidente Cristina Kirchner con el presidente de la Barrick, Peter Munk, también presidente de la nueva nación cordillerana, cuya bandera acompañaba a la argentina en el mismo nivel de jerarquía durante ese encuentro. Otro participante fue el gobernador riojano Luis Beder Herrera, de extracción radical, que impulsa para su provincia varios proyectos de megaminería a cielo abierto, como el de la Barrick Gold en el Cerro Famatina. Todos ellos pretenden ignorar que, a causa de las gravísimas consecuencias de este tipo de minería, ha sido prohibida por el Parlamento Europeo en sus territorios. Pero en Argentina las corporaciones y los gobiernos que las avalan son absolutamente irresponsables y violan la Ley General de Protección del Ambiente 25.675/02, que en su Art. 22 exige a la explotación minera el respaldo de un seguro de impacto ambiental ante accidentes, peligros de contaminación y la secuela contaminante que produce el cierre de la mina y la llamada lluvia ácida. Las aseguradoras se niegan a brindar tales seguros, ante la magnitud de los impactos y los miles de millones de dólares que deberían pagar; no obstante, la actividad minera continúa expandiéndose. En este escenario, nuestros pueblos enfrentan el doble peligro de agresiones militares de diverso tipo y la instalación de la megaminería y otras industrias contaminantes que las naciones del Norte desplazan hacia el Sur, para proteger la salud de su población. Se está produciendo la devastación de cuantiosos recursos estratégicos no renovables y la contaminación y utilización de agua potable en grandes dimensiones: alrededor de cien millones de litros por día en cada yacimiento. Esto significa una muerte cotidiana a largo plazo; por eso la movilización de las poblaciones afectadas afirma “el agua vale más que el oro”.
La Cumbre de MERCOSUR debe enmarcar el conflicto entre Colombia y Venezuela en el contexto de estas amenazas a la paz, al medio ambiente y al bienestar de los países de América Latina: es necesario condenarlas explícitamente. En tal sentido, la elección de San Juan -nave insignia de la minería a cielo abierto con cianuro y otras sustancias tóxicas- como sede de la reunión de MERCOSUR, resulta desafortunada y preocupante. No anuncia buenas nuevas que la Presidente elija como sede de esta reunión la casa del gobernador José Luis Gioja, ex menemista y principal personero de la Barrick Gold, que ha instalado en los Andes de esa provincia, el mayor complejo minero a cielo abierto del continente: Veladero y Pascua Lama.